Cuando algo es novedoso como el cloud computing, necesita un tiempo de maduración y estabilización. En el caso de las aplicaciones en la nube, este tiempo ya ha pasado, y es momento de ser aprovechado por PYMES y ONGs, a pesar de que alguien las tache de low cost
El salto ocurrido no ha sido tanto cualitativo, realmente se están aprovechando por la nube tecnologías (servicios web, comunicaciones, protocolos, virtualización,…) que se han estado desarrollando y consolidando en los últimos años, sino más bien desde nuestro punto de vista, ha sido un salto cuantitativo en cuanto al número de posibles nuevos usuarios y clientes que, a través de esta combinación de tecnologías pueden acceder a implantar aplicativos informáticos, antes sólo accesible a las grandes empresas a costos desorbitados y, como se ha demostrado, con gran impacto en la mejora de sus cuentas de resultados por el incremento de los niveles de productividad que son capaces de prococar.
Quizá sea la democratización de las tecnologías de la información a través de la nube, nuevas empresas accediendo a la misma supone menos barreras de entrada en sectores tradicionales y nuevos, y por ende mayor competencia y flexibilidad que pasan a participar de manera directa en el terreno de los grandes jugadores consolidados; lo que ha llevado a priori a una demonización de este modelo donde, por delante de sus bondades se está fijando una imagen de alto nivel de riesgo e incertidumbre y, se le está vinculando el concepto de low cost…
Voy a centrarme en este artículo en el concepto low cost, dejaré para futuros el tema de la seguridad, que iré desgranando poco a poco. Lo primero que tengo que trasladar es que no estoy de acuerdo con esta vinculación conceptual, las aplicaciones que se ofrecen en la nube no se acercan a la imagen que, desde las líneas aéreas, nos ha llegado vinculada al término low cost. Y, no se acercan al concepto porque éste tiene vinculados dos atributos indisolubles, coste y servicio. Es decir, el coste se reduce junto al nivel de servicios, de manera que quien quiera volar a menores precios sabe que no le van a ofrecer el periódico en el avión. Pero, cuando subimos a la nube informática, sin avión, lo que percibimos es que no solamente se aplican menores costes al usuario (resultado de economías de escala), sino que además los niveles de servicio prestados son, en la inmensa mayoría de las ocasiones, de mayor nivel de calidad que los obtenidos por los grandes centros de datos de las grandes empresas.
Los altos niveles de servicio y calidad prestados por las aplicaciones ofrecidas en la nube no se limitan sólo a la infraestructura tecnológica, es decir el entorno donde la aplicación es instalada (comunicaciones, seguridad, capacidad de proceso,…); sino que además las aplicaciones provistas presentan altísimos niveles de prestaciones, funcionalidad, versiones, usabilidad,… Resulta paradójico para las grandes organizaciones empresariales ver cómo hoy se están ofreciendo aplicaciones de gestión en la nube que compiten directamente con las que ellas emplean y, con unos costes de implantación, puesta en marcha, uso y mantenimiento radicalmente inferiores a los que ellas se encuentran pagando.
Los altos niveles de servicio y calidad prestados por las aplicaciones ofrecidas en la nube no se limitan sólo a la infraestructura tecnológica, es decir el entorno donde la aplicación es instalada (comunicaciones, seguridad, capacidad de proceso,…); sino que además las aplicaciones provistas presentan altísimos niveles de prestaciones, funcionalidad, versiones, usabilidad,…
Quizá no deberíamos cuestionarnos tanto el hecho de que las aplicaciones en la nube, al ser menos costosas económicamente sean de inferior calidad, sino por qué se están asumiendo costes radicalmente ineficientes en tecnologías de la información por las grandes empresas. Y, es desde esta perspectiva desde la que afirmamos que, al empleo de aplicaciones informáticas en la nube no se le puede definir como low cost, sino como eficiencia. Al ser en estos momentos de crisis y transformación las PYMES yONGs las organizaciones que no se pueden permitir no ser eficientes, serán éstas las que pueden aprovechar la oportunidad de transformar su modelo de gestión soportándolo en aplicaciones informáticas de última generación, y serán éstas las que deben sacar el máximo rendimiento a la nube sin atarse a catalogaciones inadecuadas que, provinientes de grandes departamentos de informática de grandes empresas que, dejando al descubierto su ineficiencia cuando se comparan con las capacidades de la nube; proceden a devaluar a ésta y trasladar a la opinión pública y, a sus posibles beneficiarios (PYMES y ONGs), una imagen poco realista y distorsionada, porque a la postre, sus necesidades como grandes empresas son distintas, muy distintas…
Un comentario sobre “Cloud computing, la nube, SaaS,… Informática low cost?”