Las redes sociales no son nada nuevo en las organizaciones, es más es en éstas donde estructuras de redes de comunicación llevan más años funcionando como medio de distribución de la información dentro de las organizaciones, anteriormente denominado «comunicación informal»
Las redes sociales están estructurando nuevos modelos de comunicación, no tanto por su contenido, sino por la principal característica del canal, la rapidez de distribución de la comunicación. Hasta hace no mucho tiempo, la comunicación podía llegar a las organizaciones en base a boletines oficiales, con regularidad mensual, que eran completados con una reunión de carácter anual en la que se presentaban los resultados del cierre del año en curso, así como las expectativas para el siguiente.
En los períodos de tiempo entre las acciones de intercomunicación, el vacío de información oficial era absoluto, pero ¿era vacía también la distribución de la información en la organización…? La respuesta es NO, en absoluto. Durante los períodos de vacío de comunicación institucional, los miembros de la organización, se convertían en ávidos consumidores de información no oficial, es algunos casos «oficialista», en otros «rumorología», en otros «el se dice que…». Este modelo de información, es muy consumidor de recursos humanos dentro de la organización, pues suele tener lugar físicamente dentro de sus instalaciones, y dentro del horario de trabajo. Pero más aún, es muy susceptible de generar situaciones de baja motivación o malestar entre grupos de la organización, cuando la información es contradictoria, proviene de de diferentes fuentes (nunca suficientemente identificadas), y por su carácter informal que las hace muy difícil de percibir, y por tanto de tratar, por parte de la organización.
Con todo lo expuesto lo que queremos transmitir es que las organizaciones actuales ya son consumidoras de información interna a través de canales, más o menos virtuales, y sobre todo sufren ya los efectos perniciosos que, precisamente se pretenden evitar al no aplicar el uso de modelos de comunicación internos soportados en tecnologías colaborativas 2.0. Es la dirección la que, pretendiendo el control de los canales de comunicación oficial, de manera que asegure que el mensaje llega sin ser transformado al receptor, la que deja abierta la compuerta precisamente a la necesidad de cubrir un espacio de vacío de la comunicación que se llena de manera no controlada, y demasiadas veces contradictoria.
Las redes sociales están estructurando nuevos modelos de comunicación, no tanto por su contenido, sino por la principal característica del canal, la rapidez de distribución de la comunicación
Si la dirección percibe que esta situación es la que está teniendo lugar (y seguro que está teniendo lugar en gran cantidad de organizaciones por la presión actual sobre los empleados, vinculada a la crisis económica); deberán buscar mecanismos de integración de los empleados activos desde su puesto de trabajo, o de generar canales de comunicación abiertos donde lo informal pueda ser distribuido de manera abierta, permitiendo que se corrobore o niegue aquellas informaciones con y sin fundamento.
Pero las aplicaciones colaborativas no quedarán en ser vehículo de comunicación oficial o particular, la ventaja radica precisamente en que, siendo éste el inicio de su empleo de manera masiva, permite ser la semilla del inicio de la explotación profesional de estas herramientas. Permitirá descubrir las bondades de compartir documentación y datos en tiempo real, incorporar información a los mismos, crear espacios de conocimiento compartido, generar rápidas discusiones que permitan rápidos avances en la toma de decisiones, consolidarán la participación y colaboración entre empleados, mejorando el clima laboral, …
Y, finalmente tras todos estos logros ocurrirá que las nuevas comunicaciones oficiales que se emitan a través de estos canales tendrán cada vez mayor valor para el empleado, generando menores dudas sobre contenidos, dado que se estarán distribuyendo a través del espacio común de colaboración de toda la organización, de la que forma parte, como uno más, la alta organización.
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