El cloud computing desvela nuevos modelos económicos

Sin ánimo de querer vincular la nube, cloud computing, con características que puedan ser tildadas de poco realistas, quiero proponer un análisis sobre elementos socio-económico subyacentes en este modelo tecnológico. El modelo económico subyacente se podría definir como eficiencia en la colaboración.

Lo defino como colaboración porque implícitamente, el gran potencial de la nube se basa en el uso colaborativo tanto de la tecnología, como de la energía, o el conocimiento.  Lo defino como eficiente porque las grandes aportaciones del cloud computing se concretan en el uso de tecnología compartida, por todos los usuarios de la nube; en la reducción de energía consumida por la actividad de las máquinas que mantienen el servicio y por último; actúa como un catalizador para la distribución del conocimiento.

cloud computing

 Si atendemos a las propuestas para la transformación y adaptación de las economías supranacionales, nacionales, regionales o locales a nuevos paradigmas económicos, que se desean permitan la superación de la crisis económica actual; descubriremos que las tres características identificadas, aparecen repetidas monótonamente dentro de discursos que, por recurrentes, no terminan de convertirse en tangibles, por la falta de ideas para transformarlos en realidad de una manera económica y socialmente viable.

Podría entenderse que, quien redacta, influenciado por su interés en el desarrollo del cloud computing, intente vinculara a éste de una manera artificial con la eficiencia energética, el desarrollo tecnológico y la generación del conocimiento. Y, he reconocer que es así, pero el planteamiento realizado es el inverso, pues es precisamente la búsqueda del desarrollo de aquéllos objetivos la que me ha llevado a apostar fuerte por el cloud computing, es un a posteriori como resultado de un proceso de indagación y descubrimiento.

Pero no quiero poner palabras vacías sobre la mesa, e intentaré explicar mi argumentación:

Los grandes centros de datos son viables económicamente sólo cuando son eficientes energéticamente, cuanto mayor sea el centro, mayor la necesidad de eficiencia energética, por la exigencia de minimizar esta partida de costes en tanto y cuanto es quizá la más importante en que terminan incurriendo. El consumo energético pasa a ser controlado de manera económica, eficiente y creativa.

La colaboración, se genera en tanto en cuanto la promoción y viabilidad sólo es posible  cuando se ha logrado conseguir una masa crítica de clientes suficientemente amplia, dónde se comparte no sólo el acceso a la tecnología, también su uso. De este modo se promociona, necesariamente, la interacción entre los participantes.

La distribución del conocimiento, aparece de manera inmediata, provocada por la reducción del coste de acceso a la tecnología, así como por la no limitación de barreras geográficas, facilita su interacción y distribución inmediata a un público que, ahora además mediante las redes sociales puede interactuar, incrementando radicamentel el potencial de intercambio del conocimiento.

Los tres argumentos descritos son fruto de una inherente acción colaborativa  vinculada necesariamente a la nube. Sólo mediante la colaboración de los implicados ésta tendrá el éxito y generará las oportunidades esperadas. Esta necesidad colaborativa,  finalmente termina integrando las necesidades individuales de cada actor dentro de un espacio tecnológico común, donde la necesidad las moldean y dan forma, poniéndolas a disposición de lo económico de manera global, colectiva y altamente eficiente.

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