No hay pasta, no hay PIB

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Oímos desde haces meses la misma reflexión: después de una larga curva de crecimiento, la crisis es inminente. Pero quizá ni la curva ha sido tan larga ni la crisis es inminente, sino permante. Porque si no hay pasta, no hay PIB.

Cuando se hace referencia a la próxima crisis se evalúan principalmente tres áreas socieconómicas por el enorme peso que tienen sobre la totalidad: USA+Canadá+Australia, China y la Unión Europea.

Voy a centrarme en la Unión Europea donde, la aplaudida intervención del Sr. Draghi llenando de liquidez el balance de bancos y grandes empresas se ha considerado el arma total para alejar la «gran crisis» de Europa y sumirla en un período de prosperidad.

Recalco aquí un detalle frente a lo que seguramente oirá en los medios: no llenó de liquidez la economía europea, sino los balances de grandes bancos y grandes empresas. Al ciudadano ni pan…

Los ciudadanos se encuentran en su inmensa mayoría en una situaciones económicas no muy diferentes de las que tenían el día después de la eclosión de la «gran crisis». Toda la liquidez se ha destinado a mejorar grandes balances y, ya sabemos que la macroeconomía es un agregado que no distingue quién aporta, sino cuánto aporta.

De este modo, la mejora de bolsas, balances, beneficios, valoración por acción, grandes fortunas, grandes inversiones financieras,… suman en el PIB y hacen que éste crezca.

La política social no sólo no ha mejorado en este «decenio glorioso», como algunos llegan a denominarlo en USA, sino que se ha visto empeorada por los recortes, que en realidad son desvíos de dinero público directo hacia grandes fortunas y corporaciones. Y es indiferente que este desvío sea vía bajada de impuestos o permisividad en la existencia de paraísos offshore.

El caso es que el ciudadano de la calle, como no deja de ser optimista, ha hecho dos cosas en estos años:

  • reducir su nivel de ahorro
  • elevar su nivel de endeudamiento

Ambas son movimientos propios de expectativa de mejora, expectativa que en este ciudadano no ha llegado porque se percibiera una mejora, sino por simple eliminación. Después de tanto tiempo, ya nos toca mejorar nuestra situación…

Esta expectativa, muy poco racional, ha empujado también al PIB al alza, pues ha supuesto más transacciones comerciales, pero ha repercutido en que el ciudadano de a pie ha dado un paso más hacia la pobreza, reduciendo su patrimonio: menos ahorro y más deuda.

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Como consiguiente, no sé si tendremos delante otra crisis, (ya comentaré mi opinión al respecto en otra entrada), pero desde luego sí gran parte de la población se encuentra en una situación de afrontarla mucho peor que la «gran crisis».

Ahora no sólo se encontraría sin ahorros, sino además endeudado por consumo.

Por tanto, ante una nueva crisis, no sólo puede ocurrir ésta, sino que se verá acelerada en un proceso en espiral, por la poca capacidad de consumo futuro de los ciudadanos, que de nuevo pagarán la misma…

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Lectura recomendada:ciclo vida cliente

 

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