Avanza la crisis, la demanda se debilita, los clientes… desaparecen. Terror para las pymes

A fecha de hoy, al menos en España, se promueve desde las empresas una única vía de continuidad en la actividad mercantil: reducción de los gastos, especialmente los laborales.

Este mensaje, que se inicia desde la cúpula superior de las organizaciones empresariales, tiene para ésta su sentido: usted no puede dejar de emplear la electricidad, seguirá pagando por ella. Si las empresas eléctricas le suben el precio, a lo que no puede oponerse, y despiden a un porcentaje muy alto de sus empleados, precarizando a los que quedan trabajando… El resultado es simple, las empresas eléctricas, se forran.

Pero usted no es una compañía eléctrica, sus necesidades no tienen ninguna relación con las recetas de la patronal, todo lo más le están destruyendo!!!

 

 

Si cada vez hay menos gente trabajando, y los que lo hacen se enfrentan al riesgo diario del despido o el empeoramiento de sus condiciones laborales… ¿quién va a contratar un viaje? ¿quién va a hacer reformas en su hogar? ¿quién va a comer en un restaurante? ¿quién va a comprar calzado? ¿Cómo piensa que su empresa puede sobrevivir?

Desde la dirección patronal, se tiene un control férreo de las organizaciones empresariales locales, a través de sus delegaciones que se convierten en canalizadores del mensaje de la bondad de la precarización. Hoy, las medianas empresas, con el enorme porcentaje de empleo y PIB que representan, sólo pueden mantenerse si rompen de manera clara, directa y radical con las organizaciones empresariales, que están existiendo desde décadas atras, muy vinculadas e incluso radicalizadas poltícamente. La politización no genera riqueza, es más se vincula de manera sibilina a las acciones más criticables de las organizaciones políticas; las medianas empresas deben mirar al mercado, la economía, y trabajar por eliminar y hacer desaparecer las prebendas, nunca basadas en eficiencia del mercado y menos aún en objetividad económica.

Las necesidades hoy, no pasan por seguir machacando a la capacidad de compra de los clientes, pasa precisamente por activar sus ingresos que, derivarán en compras y por tanto en actividad económica. Cualquier reducción de prestaciones, cualquier recorte, cualquier subida de impuestos, cualquier subida de precios, cualquier reducción de servicios… En defintiva cualquier extracción de la riqueza por políticos o gran patronal, genera de manera directa el cierre de docenas de pequeños y medianos negocios, que son precisamente los que más empleo y riqueza aguantan a sus espaldas.

Mucho se habla de la necesidad de cambio, de la innovación. La pyme hoy tiene una objetivo necesidad de afrontar transformaciones, no sólo organizativas; además estratégicas y culturales. De la crisis actual sólo se sale o rompiendo con los modelos mentales empresariales del pasado, o despareciendo. Téngalo claro, los bancos no le van a financiar, los gobiernos locales y autónomicos no le van a apoyar, la patronal tiene unos intereses contrapuestos a los suyos… Su empresa, por muy importante que sea para usted, no tiene volumen ni facturación suficiente para que estimule o motive a ninguna de las organizaciones referidas. Es hora de decidir si afrontar el futuro o enrocarse hasta la desaparición.

 

Y téngalo claro, propietario de una mediana empresa, cualquier cierre supone que la riqueza que se deja de generar por ese negocio que ha dejado de exisitir, ha sido absorvido por las empresas de la patronal o las familias clan afines a los políticos.

 

Así de claro.

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